El material tradicional para los grifos es el latón.

El latón es apreciado para los grifos porque es muy resistente a la corrosión, tiene un punto de fusión relativamente bajo, lo que lo hace fácil de fundir, es lo suficientemente suave para mecanizar con poco esfuerzo pero lo suficientemente resistente para soportar los rigores de la vida como un grifo, tiene acabados tales como cromado muy bien, y se recicla fácilmente. Aproximadamente el 80% del latón utilizado en los grifos nuevos se utilizaba anteriormente para fabricar otra cosa.

El latón amarillo o "alfa" común tiene aproximadamente un 60% de cobre y un 30% de zinc, siendo el resto pequeñas cantidades de otros metales para darle propiedades específicas al latón. Se puede agregar un poco de antimonio o estaño para retardar una forma de corrosión conocida como descinificación que puede debilitar el latón con el tiempo. Una pizca de hierro o manganeso endurece el latón y el níquel refina la estructura del grano mejorando la fuerza y ​​la resistencia a la corrosión.

Se puede agregar aluminio para hacer que el latón sea más fuerte y más resistente a la corrosión. Los latones navales y de almirantazgo utilizados en entornos marítimos ricos en sal contienen una proporción relativamente alta de aluminio.

El cobre en latón es antimicrobiano: mata los gérmenes, un hecho que se conoce desde el surgimiento de los faraones, pero que solo recientemente se ha descubierto cómo lo hace. Muchos hongos (moho y hongos) y la mayoría de las bacterias no pueden sobrevivir en presencia de cobre. En pruebas en colonias de bacterias E. Coli realizadas por la EPA, el 99,9% de la colonia murió después de dos horas de exposición al bronce.

Se agrega plomo para hacer que el latón sea más maleable, menos quebradizo y más fácil de formar. Sin embargo, en el latón de los grifos, el plomo es peligroso para la salud humana y especialmente para los niños porque puede filtrarse al agua potable.

Según la Agencia de Protección Ambiental, el plomo puede causar un crecimiento lento, problemas de aprendizaje, pérdida de audición, anemia, hiperactividad y problemas de comportamiento.

Antes de 2014, un grifo podía contener hasta un 8% de plomo y aún así llamarse a sí mismo libre de plomo. Ahora, el contenido máximo de plomo en un grifo es 0.25% (1/4 de 1%), básicamente solo un rastro de plomo. Para asegurar la ausencia de plomo en el latón dentro de un grifo que está en contacto con el agua que pasa a través del grifo, el grifo debe ser probado en un laboratorio y certificado como libre de plomo. Si no está certificado, no se puede instalar legalmente en un sistema de agua potable.

Para producir un latón sin plomo, el plomo se reemplaza con bismuto o silicio para proporcionar la maleabilidad necesaria sin la toxicidad. El bismuto es similar al plomo – junto al plomo en la tabla periódica de elementos – pero no es dañino para los humanos. El bismuto, sin embargo, es caro. Es 300 veces más raro que el plomo, incluso más raro que la plata, razón por la cual las aleaciones de bismuto y latón son considerablemente más caras que el latón con plomo.

El bismuto tiene varios otros problemas. Es, a diferencia del plomo, un metal frágil y requiere un proceso de fundición más preciso para preservar el ductilidad de latón. El resultado de una fundición inadecuada se ilustra en el retiro del mercado en 2012 de 63,000 válvulas de bola de latón bizmuth fabricadas en China para su uso en tuberías de gas natural. Eran demasiado frágiles, lo que provocaba grietas y peligrosas fallas de válvulas. El bismuto también es un problema ambiental. El latón aleado con bismuto no se puede reciclar fácilmente con latón sin bismuto y debe mantenerse separado para evitar la contaminación cruzada de los materiales.

El silicio tiene problemas de reciclaje algo similares, pero no tan graves. Algunas aleaciones se pueden reciclar con latón ordinario. Su principal ventaja es que es abundante y, por tanto, mucho menos costoso que el bismuto. El latón de silicio también se considera un latón de alta resistencia. El silicio aumenta la resistencia al desgaste y la corrosión. Sus desventajas son que requiere una temperatura de fundición más alta que el latón ordinario y su dureza lo hace mucho más difícil de mecanizar. No obstante, es cada vez más popular entre los fabricantes de grifos debido a su precio relativamente bajo. Una aleación, Eco-latón® C69300, está especialmente formulado para accesorios de plomería.